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  •  02/08/2015  •   Piragüismo

“El mayor esfuerzo es decidirte a afrontar situaciones que parecían inalcanzables”

Jana Mestre, la palista del equipo de paracanoe del RCNP, bronce en el Euoropeo de la República Checa, explica como el deporte se ha convertido en el eje de su vida después de quedar discapacitada por una malformación arteriovenosa.

Jana Mestre es un ejemplo claro de que, como decía el poeta Ovidio, “el coraje lo conquista todo, incluso le da la fuerza al cuerpo”. Nacida en la República Checa hace 36 años, la palista del equipo de paracanoe del RCN Palma asegura que una tercera parte de su persona es mallorquina porque reside en la isla precisamente desde hace doce años, un tercio de una vida que también aquí, en Mallorca, dio un giro inesperado de 180 grados. “Lo recuerdo perfectamente. Me disponía a salir con mi perro a patinar por el Paseo Marítimo y sentí un dolor muy fuerte. Ya no pude ponerme los patines. Dejé de caminar”. La causa fue una malformación arteriovenosa en la espalda, una patología rara que “consiste en que se forman como ovillos de venas y arterias que impiden un flujo adecuado de la sangre. Una de ellas explotó formando un coágulo de sangre que produjo una lesión en la médula y que me dejó parapléjica”, explica. No hubo un golpe, ni un accidente ni dolores previos que avisaran de que algo no iba bien. Simplemente, “en un instante cambió mi vida”.

Han pasado seis años. El pasado mes de mayo Jana conseguía adjudicarse el bronce en el europeo de Racize en la categoría VL3 (Women Va’a level 3). Hasta colgarse el metal, la palista ha superado todo tipo de situaciones con mucho esfuerzo y sobre todo con grandes dosis de optimismo, aunque no le cuesta reconocer que “me cuesta asumir que jamás esquiaré o patinaré”. Después de una operación de urgencia y meses de rehabilitación en el Instituto especializado Guttmann de Badalona sin saber si podría recuperar movilidad en sus piernas, Mestre conseguía volver a mantenerse en pie con ayuda de unas muletas.
Ahora su éxito augura un gran futuro a la deportista, que confiesa no ponerse jamás límites a lo que hace. “Constantemente busco nuevos metas para alcanzar, eso me motiva y es el motor para conseguir lo que me propongo”, destaca.

Seria y exigente consigo misma, “siempre analizo y reflexiono lo que surge para saber por qué pasa esto o aquello. Me gusta creer que todo tiene un sentido y un significado, que nada pasa por nada, ni siquiera mi discapacidad. Sin la lesión medular, no habría tenido la oportunidad de entrar en el mundo de la vela, el kayak y la canoa”, argumenta.

Inmersa en la lucha por recuperar su autonomía, en junio del pasado año surgió la posibilidad de incorporarse al equipo de paracanoe del club. Mestre probó primero con el Kayak y en otoño dio el paso al Va\'a. “Era una oportunidad que no podía rechazar”. Siempre he sido deportista y tenía aptitud positiva, sólo tuve que buscar soluciones y sustituir los deportes de antes por los accesibles”. Decisiones no exentas de dificultad, ya que como admite “el mayor esfuerzo empieza por decidirte a participar y afrontar situaciones que antes te parecían inalcanzables”. Palabras como valor, coraje, esfuerzo, compromiso y sacrificio están siempre relacionadas con el deporte y aunque como reconoce Jana, no se puede generalizar, en el caso de las personas con discapacidad el significado trasciende. “Hay personas que luchan por mover el pulgar y eres más consciente de lo que has perdido y de lo que puedes perder, por eso valoras más cada pequeño éxito”, afirma.
En el caso de Jana los resultados de su esfuerzo personal se han visto recompensados ahora con el bronce de República Checa. “Un triunfo especial porque “tuve la suerte de poder celebrarlo en mi país nativo y con mis padres viéndome subir al podium. Ha sido un momento de felicidad absoluta”, asegura. “A mis padres les cuesta asumir mi lesión y en ese momento se dieron cuenta de que mi vida es diferente a la de antes, pero no necesariamente peor”.

A nivel deportivo, la palista valora también el resultado de su participación. “Me he sentido muy a gusto y me ha servido para coger experiencia y especialmente para saber qué tengo que mejorar”. Jana lamenta que “por desgracia, en España no existen muchos deportistas en mi categoría y para medir mis resultados tengo que comparar conmigo misma”, apunta. En ese punto Mestre asegura que su entrenador, Ismael Uali “es fundamental porque no sólo me siento a gusto a su lado sino que me motiva para mejorar mis resultados”. También destaca la relación con sus compañeros de equipo, a quienes califica como “mi segunda familia. A pesar de que soy una persona bastante solitaria, pertenecer a algún equipo como el de paracanoe me aporta felicidad”.

Centrada totalmente en sus entrenamientos, Mestre asegura que “el deporte es mi vida. Me aporta felicidad y satisfacción. Son momentos de no pensar, ni preocuparse y que me permite disfrutar del momento presente”. Además, contribuye también a mantener su estado físico. “Una vez finalizada la estancia en centro me di cuenta que mi vida siempre estaría condicionada para hacer siempre algún tipo de rehabilitación para mantener lo recuperado y no perderlo y desde que empecé a entrenar con Ismael en gimnasio noto mucho la fuerza que tengo solo por reforzar la parte superior del cuerpo y me siento mas estable”, confiesa. Por eso, asegura que “voy a seguir hasta que pueda. Me gustaría llegar lo mas lejos que se pueda hasta conseguir superar mis límites. ¿Quién sabe? Llegar a unas Paraolimpiadas”, reconoce. De momento, su próximo reto es el Mundial de Milán que se celebrará en agosto.

Por PAQUITA GIMÉNEZ / MALLORCA PRESS