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  •  02/08/2015  •   Puerto

El RCNP mira al futuro

El club es una entidad irrepetible e insustituible que ha sabido adaptarse las diferentes épocas de su historia. Mantener su prestigio exige no perder el tren de la modernidad

Uno de los errores más frecuentes entre quienes desconocen los pormenores de la náutica recreativa es confundir los clubes náuticos con otras instalaciones llamadas deportivas cuya labores estrictamente de carácter portuario o turístico. La verdad es que hay motivos para incurrir en dicha equivocación, pues la terminología resulta ambigua y no permite, a simple vista, despejar la incógnita que se encuentra oculta tras toda una serie de importantes matices. Deshacer este malentendido se hace necesario en un momento en que muchas entidades históricas, como el Real Club Náutico de Palma, deben sentar las bases de su futuro. La experiencia demuestra que el ejercicio de divulgación de las actividades que desarrollan los clubes náuticos no sólo ha de ser continuo, sino que ha de estar dirigido al ámbito social (a la ciudadanía, a través de los medios de comunicación) y político.

OBJETIVOS

“Nos hemos dado cuenta de que, incluso en los niveles más altos de la gestión pública portuaria, los clubes náuticos seguimos siendo unos grandes desconocidos, lo que nos obliga a comunicar de manera permanente quiénes somos, qué hacemos, cuáles son nuestros objetivos y por qué somos merecedores de un tratamiento diferenciado”, señala Javier Sanz, presidente del Real Club Náutico de Palma (RCNP), convencido de que “sin clubes no existirían el deporte de la vela ni la náutica social en España”.

¿Qué es, pues,un club náutico y qué lo diferencia de otro “puerto deportivo”? Jaime Carbonell, gerente del RCNP y director de importantes regatas a lo largo de su carrera profesional, tiene una respuesta sencilla y directa: “Nuestro hecho diferencial y nuestra razón de ser es el deporte”. Emplazado para que se extienda,recuerda que una entidad como el Náutico de Palma destina una parte “importantísima” de su presupuesto a sus equipos de vela y piragüismo, que actualmente son “una referencia nacional”.

SIN ÁNIMO DE LUCRO

Sanz cree que también conviene aclarar, para evitar interpretaciones torticeras e interesadas, el concepto de la ausencia de ánimo de lucro que rige la actividad de un club náutico. “Eso significa sencillamente que los beneficios del puerto se destinan al deporte y a la mejora de las instalaciones, lo que revierte en favor de los socios y del público en general por una doble vía: la promoción deportiva y de una forma de ocio sano con recursos propios [sin la necesidad de recurrir a subvenciones], y el mantenimiento en perfecto estado de un bien de titularidad pública”. Dicho modelo, basado en la transparencia y la sostenibilidad económica, ha demostrado su fortaleza durante la crisis económica, en la que la mayoría de los clubes han conseguido mantener sus plantillas, el buen nivel de sus servicios y sus estructuras deportivas. “Es una fórmula que funciona desde hace décadas y que debería ser potenciada desde las administraciones públicas”, sostiene el presidente del RCNP.

INSTALACIONES EXCELENTES

“En nuestro caso –apunta Carbonell– podemos presumir del estado excelente de las instalaciones, sometidas a un control y un mantenimiento permanente tanto del edificio social como del puerto”. Esta buena conservación de la concesión tiene un mérito añadido si se tiene en cuenta que el RCNP, como tal, cuenta con 67 años de historia y que sus orígenes se remontan a finales del siglo XIX.

Este es otro de los puntos que, a juicio de Javier Sanz, marcan la diferencia: “Tenemos una historia centenaria y muy rica, lo que nos sitúa en una posición social privilegiada. El RCNP no es sólo un puerto, ni siquiera una importante asociación deportiva: es una institución mallorquina que siempre, con independencia de la época, ha prestado un servicio a la ciudadanía, ya sea sirviendo de plataforma para el acceso al mar de la llamada ‘náutica social’, promocionando el deporte u organizando eventos que tienen un efecto económico expansivo hacia otros sectores como el turismo o la oferta complementaria”. Un dato revelador de esta afirmación es la repercusión mediática de la última edición de la Copa del Rey de vela, que el RCNP organiza desde 1982, valorada en 30 millones de euros. “Esta campaña de publicidad impagable no sólo es provechosa para la imagen del club y sus patrocinadores privados; también redunda en beneficio de la ciudad, del puerto de Palma y del conjunto de Mallorca como destino turístico y náutico de calidad”, considera Manu Fraga, director deportivo y responsable de la organización de las regatas internacionales que cada año acoge la entidad. “No es casual –añade– que estemos considerados como uno de los mejores diez clubes náuticos del mundo. Detrás de nuestro prestigio hay mucho trabajo, muchas horas de dedicación, un buen equipo humano y, sobre todo, una gran masa social compuesta por casi 2.000 familias”.

PRESTIGIO

Historia y prestigio son dos caras de la misma moneda que, en palabras de Sanz, contribuyen al éxito de las acciones sociales y deportivas que realiza el Real Club Náutico de Palma. El presidente habla de “madurez” de la marca, asociada por la mayoría de la población al concepto de calidad. “Se ve en todo lo que organizamos, como el reciente ciclo de música abierto a la ciudad, que ha funcionado por el buen nivel de la programación, pero también porque asistir a un concierto en el Náutico de Palma tiene un plus intangible que no se da en otros escenarios”. Este ejemplo se suma otros muchos que confirman que el RCNP, más allá de un simple puerto deportivo que ofrece acomodo a un millar de barcos, es una institución social irrepetible y, por tanto, insustituible.

Todo ello no quita que el RCNP forme parte de un entorno económico muy competitivo y dinámico donde resulta imperativo adecuar las instalaciones a las demandas de los usuarios de base y en tránsito. “Somos un gran club y tenemos una gran historia, pero no podemos permitirnos el lujo de renunciar a la modernidad si queremos mantener los niveles actuales de actividad en el ámbito deportivo y social”, sostiene Sanz. El director del club coincide en que “si no mejoramos las instalaciones, sufriremos una paulatina pérdida de capacidad para hacer frente a las acciones que definen nuestros objetivos y que nos han llevado a ser un referente nacional e internacional”.

REMODELACIÓN

La mejora ideal, a juicio de la actual Junta Directiva, pasaría por una remodelación integral de los edificios existentes, una mayor integración del puerto en la ciudad y una ampliación de la explanada disponible (hoy muy insuficiente) para la actividad de vela ligera y piragüismo. “No debemos pensar en los próximos años, sino ampliar nuestro horizonte a las siguientes décadas; planteamos para ello un crecimiento sostenible, dentro de los límites de la actual concesión, que permita a la entidad garantizar su futuro a largo plazo, en consonancia con su historia y su arraigo social”, subraya Javier Sanz.