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  •  28/09/2014  •   Cruceros

Pinyol Vermell termina con la supremacía del Petrouchka en la Yatess A2

El barco de Félix Comas supera en dos minutos y 25 segundos al de Jaime Binimelis en tiempo compensando en la clase ORC 0-2. Falbalá, de Bartolomé Catalá, se impone en ORC 3-4. La regata consistió en un recorrido de 95 millas entre Palma, Cabrera, Dragonera y Palma.

El Pinyol Vermell, armado y patroneado por Félix Comas (Club Nàutic S’Arenal), se adjudicó la pasada madrugada la III Regata Yates A2 en la clase ORC 0-2, después de una disputada travesía de 95 millas náuticas en la que el Mestral Fast, de Jaume Morell (Real Club Náutico de Palma), fue segundo, a sólo dos minutos y 25 segundos en tiempo compensado, y el Petrouchka III, de Jaime Binimelis (RCNP), ganador de las dos primeras ediciones, tuvo que conformarse con la tercera plaza a pesar de haber marcado por tercer año consecutivo el mejor tiempo de la flota: 14:42:20.

En la clase ORC 3-4, el Falbalá, de Bartomolé Catalá (RCNP), fue el más rápido, tanto en tiempo real como compensado, y el Blaumaria (RCNP), armado por Pedro Rigo, ocupó la segunda posición, a dos minutos y 26 segundos, seguido de La Sirena, de Alejandro Riera León (Club Náutico de Santa Ponça).

La Regata Yatess A2, organizada por el Real Club Náutico de Palma y patrocinada por la firma que le da nombre, reunió a una flota de 18 embarcaciones, de las que únicamente tres no completaron el recorrido dentro del tiempo límite y una, el Fehurihi, no pudo tomar la salida por una avería.

La prueba se desarrolló con vientos de Xaloc (SE) que oscilaron entre los 10 y 15 nudos, y que propiciaron una travesía “bastante rápida”, explicó el comodoro del Real Club Náutico de Palma, Joan Bonet. El primer tramo hasta el archipiélago de Cabrera fue una larga ceñida con mar corto que, una vez superada la isla Horadada, permitió abrir las escotas y navegar a un descuartelar hasta el islote de L’Imperial, donde ya fue posible izar los spinnakers y asimétricos rumbo a Dragonera. En este segmento del recorrido los vientos fueron siempre portantes y los veleros navegaron a velocidades constantes, entre 7 y 10 nudos, con el Petrouchka III y el francés Kemosabe liderando la flota.

Al poco de llegar a Dragonera, el viento se fue cerrando hacia el través. Tras la virada, los barcos siguieron navegando de la misma amurra hasta el Cabo de Cala Figuera, donde tocó volver a ceñir hasta la línea de llegada, situada frente a la Catedral de Mallorca.

Joan Bonet se mostró muy satisfecho por la respuesta de la flota a esta regata de altura para dos tripulantes. “Hemos contado con los mejores especialistas del circuito local y hemos tenido una gran regata, con una buena meteorología. Reunir a este número de barcos en una prueba que implica estar entre 15 y 20 horas en la mar es un éxito para el Real Club Náutico de Palma como organizador y para la empresa Yatess como patrocinadora”.